“Si se trata de hacer la certificación de que el cadáver es verdadero, la familia Oquendo, que es mi familia, no vacilaría en sumar su solicitud para que se realice la comprobación. A nadie se le ocurrió que el INC, cuando envió al poeta Corcuera con la misión de colocar la lápida (yo no fui invitado por un error en mi dirección), también podría haber realizado ese análisis médico. Pero esa posibilidad está vigente, por qué no realizarla ahora. El ADN ayudará a la comprobación y acabará con las dudas si aún están vigentes”.
Por su parte, Cecilia Bákula, Directora del Instituto Nacional de cultura, manifestó que el INC brindará el apoyo para las respectivas gestiones.
De ser el cadáver, sería bueno repatriarlo… o ¿sería mucho pedir?
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