9 dic 2008

Una de Bukowski como para estirar los músculos

El trabajo estresa, el colectivo perturba, el clima indeciso jode, las personas felices (o parecen estarlo) me fastidian, cansa comer todos los días, cansa luego pensar en que tendré que regresar en el mismo colectivo, tendré que llegar cansado a casa, tendré que acostarme y despertar temprano contra mi voluntad para soportar el horrible tráfico de Lima en hora punta.
Cuando recuerdo todo eso, cuando quiero suicidarme, y cuando me siento peor por pensar en esas cosas, leo poemas y entre tantos, esta vez ésta de Bukowski me hizo recordar que al menos algo vale la pena. Tal vez no sé qué, pero algo vale la pena. Tal vez la literatura, tal vez el arte... tal vez nada, pero al fin algo vale-la-pena. Dejo este poema para su lectura, como para soltar los huesos mientras tipeo esto desde una oficina sucia de Lince, frente a mi jefe capitalista neoliberal y ultra derechista (mejor dicho: padre de dos hijos que solo quiere dinero para mantenerlos) que cree que trabajo en este momento.

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EL GENIO DE LA MULTITUD
Hay suficiente traición y odio,
violencia.
Necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejercito o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son -al final- aquellos que
predican
paz.
Aquellos que hablan de Dios.
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.

Charles Bukowsky